Es una tecnología sanitaria que se utiliza en cirugía estética y que permite un remodelado de la silueta a través de la extracción de grasa o tejido adiposo de diversos sitios del cuerpo usando una canula o jeringa conectada a una máquina succionadora, liposucción mecánica, o mediante ultrasonido o liposucción ultrasónica.
La liposucción tradicional se realiza para eliminar grasa indeseada de áreas problemáticas, tales como el abdomen, las caderas, las nalgas, los muslos, las rodillas, los brazos, el mentón y el cuello. La liposucción se apoya en la propia elasticidad de la piel para volver ella misma a su lugar, y por lo tanto no es recomendable en personas mayores a 50 años.
Se realiza una pequeña incisión en el área problemática y se inserta un pequeño tubo de 3 mm llamado cánula. En algunos casos se inyectan fluidos conteniendo anestésicos y otros productos para reducir el sangrado, los hematomas y la hinchazón antes de comenzar el procedimiento.
Esta cánula está anexada a una suerte de bomba de vacío o jeringuilla larga que actúa como una aspiradora, chupando la grasa que se encuentra debajo de la piel. El cirujano empuja esta cánula de adelante hacia atrás a través de la capa grasa para romper las células y así poder aspirarlas. Una vez que toda la grasa ha sido quitada se sutura la incisión. La duración de esta operación depende de cuánta grasa esté siendo removida y en qué área. Al finalizar el tratamiento la zona implicada se envuelve en vendas y fajas para evitar la inflamación.
Mala cicatrización, infección, hemorragia o reacciones a la anestesia son posibles complicaciones de esta cirugía.
Duración de la estadía en el hospital: un día o un día y una noche dependiendo de las dimensiones del área tratada
Período de recuperación: 7 a 10 días.